He escrito un artículo para el periódico escolar. Aquellos que me conocen ya estarán familiarizados con algunas de las ideas aquí expuestas; decidí publicar este texto en el blog para los lectores que no estudian en la UNLA. Gracias a Vesper Lindarien y a Cronos por facilitarme algunos versos :-) Sólo quiero agregar algo que he reflexionado en el último año. Mientras más cerca hayas estado de la muerte emocional, después te sientes más vivo.
La muerte intelectual
Tal vez por ser mexicana y por haber crecido riéndome de la muerte, la muerte fisiológica no me asusta; la veo como flujo de materia y energía, como el fin de un ciclo y el inicio de otro. La muerte cultural me parece mucho más terrible. Una época dominada por seres más cercanos a un androide que a un humano, casas de plástico, comida de microondas y pantallas dictando órdenes… esto parece material para una novela de ciencia-ficción, pero lo cierto es que ya no está lejos de la realidad. Muchas veces he platicado con jóvenes librepensadores si estaremos entrando a un Neoscurantismo; los hombres nacen ciegos y sordos a la belleza, despreciando los libros y el conocimiento, conectados a una pantalla, y lo que vimos como progreso tecnológico se ha convertido en la decadencia de la humanidad.
Let down and hanging around…
A principios de este año, leí un artículo sobre un experimento que realizaron el violinista Joshua Bell y el periodista Gene Weingarten. Joshua Bell es uno de los grandes violinistas de nuestro tiempo: Grabó el soundtrack de la película El violín rojo, es el orgulloso poseedor de un Stradivarius, y para él no es un reto llenar las grandes salas de conciertos como
I’d show them the stars and the meaning of life
They’d shut me away…
Los llaman nerds, cerebritos, ratones de biblioteca. Aquellos que, como Mallarmé, piensan que el mundo existe para llegar a un libro, y de noche ven las estrellas, no la televisión. Un joven biofilósofo, amigo mío, dice que donde se queman libros se termina quemando a la gente.[2]
La prórroga perpetua, el paso siguiente, el otro, el otro…
El conocimiento es como
La fuga y el fénix
Cuando la muerte intelectual parece cercana, escucho a Bach y pienso que si se conservara un fragmento de esta música, poco importa que la civilización humana se desmorone, bastaría el contrapunto de Bach para reconstruir todo.
[1] Si te interesa leer el artículo completo (en inglés), consulta esta dirección:
http://morelia-montparnasse.blogspot.com/2008/07/perlas-antes-del-desayuno.html
[2] Me gustaría hablar más sobre el culto a los libros, pero Borges lo dice mucho mejor que yo. Jorge Luis Borges. Del culto de los libros, en Otras inquisiciones. Emecé Editores. Buenos Aires, 2005. Pág. 163-170.
1 comentario:
Ahh...Ginsberg...
Era un genio...
y taaaaaan gay...
Tendrá algo que ver que los genialmente...geniales son unos raros inadaptados más conscientes del mundo que la media común?...
Sublime...
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