sábado, 27 de septiembre de 2008

Antídoto para el veneno del miedo


Se necesitaría mucho más que un ataque terrorista para quitarle la belleza al Centro Histórico de Morelia y a los personajes que lo habitan. No quiero decir con esto que no he compartido el miedo y la tensión que se siente en Morelia desde hace un par de semanas. Dice Octavio Paz: "Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo.... del miedo al cambio."

Más que el presente, a mí me preocupa el futuro, que el terror pudiera volverse cotidiano, y nosotros indiferentes. Que la poesía nos salve de ser indiferentes. Pensaba en esto hace algunas horas, que reuní mis ahorros de algunas semanas y fui a las librerías del Centro en busca de poesía. La encontré en un muy hermoso libro de Eduardo Galeano, El libro de los abrazos. Él escribe sobre magia, muerte, noche y ciudades, América Latina herida y bella, miniaturas melancólicas y humorísticas al mismo tiempo. Esperando que Galeano no se moleste, comparto aquí tres fragmentos de mi nuevo libro:

El adiós de los sueños
Los sueños se marchaban de viaje. Helena iba hasta la estación del ferrocarril. Desde el andén, les decía adiós con un pañuelo.

Dicen las paredes/2
En Buenos Aires, en el puente de La Boca:
Todos prometen y nadie cumple. Vote por nadie.
En Caracas, en tiempos de crisis, a la entrada de uno de los barrios más pobres:
Bienvenida, clase media.
En Bogotá, a la vuelta de la Universidad Nacional:
Dios vive.
Y debajo, con otra letra:
De puro milagro.
Y también en Bogotá:
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Y debajo, con otra letra:
(Último aviso.)

La noche/2
Arránqueme, señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme.


Galeano, Eduardo. El libro de los abrazos. Siglo xxi editores. México, 2007.

No hay comentarios: