lunes, 13 de abril de 2009

Celebración de la voz humana

Most. beautiful. song. EVER. Escuchen el Ondes Martenot, la espléndida orquesta de cuerdas, la voz, el tono grave en el último I'm not here... 



No sabía de la existencia de goear.com. Funciona fantásticamente. 

Ha pasado casi un mes desde el concierto de Radiohead en México, escribí una reseña para el periódico escolar, y la compartiré aquí: 

Dedicado a todos los seres humanos: Radiohead en México


Por aquellos que ven como un alien a todo aquél que no llegue casi al nirvana al escuchar un gran solo de guitarra eléctrica. Por quienes pueden echarse a llorar con la fantástica voz de un sujeto inglés, pequeño, frágil y melancólico. Por quienes se permiten perderse entre estrellas y arpeggi. Por aquellos que encuentran en las letras de su banda favorita poesía, conciencia política y la magia de cuando una canción parece creada especialmente para ti. Por nosotros, los que nos resistimos a convertirnos en androides paranoides, Radiohead visitó nuestro país para ofrecer dos conciertos grandiosos.


Vivimos la histeria de la venta de boletos en noviembre del año pasado. El lunes 16 de marzo, esperamos diez horas fuera del Foro Sol, después hubo lluvia, frío, mala comida y conato de pelea. Pero uno sabe que todo ha valido la pena cuando se encienden los psicodélicos leds en el escenario y ve a Thom, Jonny, Ed, Colin y Phil tomar sus instrumentos y dar la entrada, casi como si tocaran música de cámara, para abrir el concierto con 15Step. Thom baila como si hubiera perdido la razón, y cuando un comentario del guitarrista líder lo hace reír, el público aplaude como loco. Ellos también están pasándola bien.


Conocimos a Radiohead esquizoide y depresivo, su música trata de la alienación en un mundo de plástico y computadoras, de la frustración en un sistema de relojes y dólares, de la fragilidad de alguien que piensa diferente. Su último álbum es optimista desde el título, In Rainbows. Quizá se ha perdido la rabia del OK Computer y la fantasía algo desoladora del Amnesiac, pero en las canciones más recientes se conserva la belleza, en un sonido diferente. Creo que lo mejor de su música es la sensación de humanidad que transmite, todos tenemos miedo, todos hemos tenido momentos como Street Spirit, de encontrarte solo y pequeño ante un universo vasto y maravilloso. Esta conexión puede encontrarse en el universo de sonido que es All I Need: El clímax llega hacia el final, con acordes de piano, sonidos electrónicos y batería un poco trash, y de pronto termina, hermosa y efímera.


El mejor momento de la noche fue Karma Police, escuchar a todos en el Foro Sol cantando el coro fue en verdad impresionante. Las palabras son especialmente significativas: For a minute there I lost myself, I lost myself… Creo que en eso está lo maravilloso de un concierto de rock, en el placer de perderte en la música, y conservar ese momento en el que sólo fuiste una voz más en el coro de sesenta mil. Idioteque es una experiencia distinta; ver a los músicos dejar las guitarras y afanarse con instrumentos electrónicos, la letra no tiene mucho sentido, pero el ritmo de las palabras es cautivador: Ice-age-coming, ice-age-coming… Climbing Up The Walls es casi expresionista, un poco aterradora, pero el placer de escucharla es comparable a leer un cuento híbrido entre terror y ciencia ficción.


Paranoid Android, la obra maestra de Radiohead, y posiblemente la canción más ovacionada en cada uno de sus conciertos, es una rola épica de casi siete minutos. El delicado falsetto de Thom va enloqueciendo poco a poco, hasta llegar al glorioso solo de Jonny que podría hechizar a Cerbero para entrar al Hades, como hizo Orfeo con su lira. Del punto más alto, la canción cae a un momento de serenidad y un canon fantástico, antes de volver a la electricidad rabiosa.


Thom Yorke ha dicho de How To Disappear Completely que es lo más hermoso que Radiohead ha hecho jamás, y que quisiera ser recordado por esta canción. Es una canción para escucharse en silencio, deteniéndose en las palabras, sintiendo el hechizo logrado a partir de la repetición: I’m not here, I’m not here… La voz de Thom en el registro grave tiene algo del mantra Om que los Beatles trajeron de La India, la vibración fundamental del universo.


En una época de comprar-usar-y-tirar, es difícil encontrar una banda con un verdadero compromiso artístico. Radiohead ha sido llamado “el Pink Floyd de los 90’s”, por atreverse a destruir el rock y reconstruirlo de sus cenizas. La revolución no está sólo en sus álbumes quasi dadá y en la experimentación sonora con orquestas de cuerdas, instrumentos curiosos como el Ondes Martenot y una banda de jazz decadente; está también en sus acciones políticas y sociales: Un abierto desafío a la industria discográfica (Radiohead permitió que el público decidiera el precio de su último disco), y banderas del Tíbet en un escenario diseñado para ahorrar energía.


Creo que la función de la música es acercarte por un momento a su creador, a un contexto diferente, unir lugares, épocas y personas distantes. Radiohead ha logrado esto con su música, no sería arriesgado afirmar que su trabajo podría ser útil para los historiadores del futuro dedicados a estudiar la vida a principios del siglo XXI. Y tal vez ellos podrán también sentir la magia de canciones como Fake Plastic Trees o Pyramid Song. Aquí y ahora, la música es una forma de escapar de un mundo demasiado tenso, y abre una posibilidad de que las cosas sean diferentes. Al menos durante una noche de genial rock alternativo, como dice un verso de Reckoner, dedicada a todos los seres humanos. Mr. Yorke agradeció al público mexicano: It’s been f*cking great… Have a good life.


1 comentario:

Cronos dijo...

Ya era hora...
Estoy poniendome a leer.